domingo, 29 de septiembre de 2013

Los trabajadores de la luz

Los trabajadores de la luz 

Características psicológicas de los Trabajadores de la Luz
Desde temprano en sus vidas, ellos sienten que son diferentes. Muy frecuentemente se sienten aislados de los otros, solitarios y no comprendidos. Ellos a menudo se vuelven individualistas, y tendrán que encontrar sus propios únicos caminos en la vida.
Tienen problemas con sentirse cómodos dentro de los trabajos tradicionales y/o estructuras organizativas.
Los trabajadores de la luz son naturalmente anti-autoritarios, lo cual significa que ellos naturalmente se resisten a las decisiones o valores basados solamente en poder o jerarquía. Este rasgo de anti-autoritarismo está presente incluso si ellos parecen tímidos y vergonzosos. Esto está conectado a la verdadera esencia de su misión aquí en la tierra.
 Los trabajadores de la luz se sienten atraídos a ayudar a las personas, ya sea como terapeuta o como profesor. Ellos pueden ser psicólogos, sanadores, maestros, enfermeros, etc. Incluso si su profesión no está directamente relacionada con ayudar a personas, sus intenciones de contribuir al más alto bienestar de la humanidad está claramente presente.
Su visión de la vida está matizada por un sentido espiritual de cómo todas las cosas están relacionadas unas con otras. Ellos consciente o inconscientemente llevan memorias dentro de ellos de esferas de luz no terrestres. Ellos pueden –ocasionalmente- sentir añoranza por estas esferas y sentirse como un extraño en la tierra.
Honran y respetan la vida profundamente, lo cual a menudo se manifiesta como una afición por los animales y una preocupación por el medioambiente. La destrucción de partes del reino animal o vegetal en la tierra por los actos del hombre evoca en ellos profundos sentimientos de pérdida y aflicción.
Son bondadosos, sensibles y empáticos. Pueden sentirse incómodos al enfrentarse con un comportamiento agresivo y generalmente experimentan dificultades en defenderse ellos mismos. Pueden ser distraídos, ingenuos o profundamente idealistas, así como también no estar suficientemente arraigados, por ej., no tener los pies sobre la tierra. Debido a que fácilmente captan sentimientos y humores (negativos) de las personas que los rodean, es importante para ellos estar solos un tiempo regularmente. Esto les permite distinguir entre sus propios sentimientos y los de las otras personas. Necesitan momentos de soledad para tocar base con ellos mismos y con la madre tierra.
Han vivido muchas vidas en la tierra en las cuales estuvieron profundamente involucrados con la espiritualidad y/o religión. Ellos estuvieron presentes en números abrumadores en las viejas órdenes religiosas de su pasado, como monjes, monjas, ermitaños, psíquicos, brujas, chamanes, sacerdotes, sacerdotisas, etc. Ellos fueron aquellos que proveyeron de un puente entre lo visible y lo invisible, entre el contexto diario de la vida terrestre y los reinos misteriosos del más allá, de Dios y los espíritus del bien y el mal. Por cumplir este papel, a menudo fueron rechazados y perseguidos.
Muchos de ustedes fueron sentenciados y estacados por los dones que poseían. Los traumas de las persecuciones dejaron profundas marcas dentro de la memoria de sus almas. Esto puede manifestarse actualmente como un temor a estar completamente arraigado, por ej. un temor a estar realmente presente, porque ustedes recuerdan ser brutalmente atacados por ser quienes ustedes eran.


domingo, 18 de agosto de 2013





Recordemos la preciosa parábola de los talentos, no importa cuantos hayamos recibido, lo importante es no enterrarlos en medio de la indiferencia o la desidia, sino que debemos hacerlos fructrificar pues " al que tiene, más le será dado y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo poco que tiene le será quitado. No podéis estaros quietos en los asuntos del reino eterno. Mi Padre requiere que todos sus hijos crezcan en la gracia y en el conocimiento de la verdad. Vosotros que conocéis estas verdades debéis rendir cada vez más los frutos del espíritu y manifestar una devoción creciente al servicio altruista. Y recordad que, cuando ministréis aun al más humilde de mis hermanos, hacéis ese servicio para mí.
No nos quedemos quietos, salgamos de la rutina diaria, separémonos de la masa que nos unifica en el consumismo, en la globalización de las Redes sociales y aprendamos a hacer todo ésto si lo estimamos conveniente, pero hagámoslo SABIENDO lo que hacemos o lo que decimos, no seamos títeres de nada ni de nadie, porque nosotros debemos seguir solo la guía de nuestro Espíritu residente, que es quien podrá hacer que nuestra vida día por día sea más fructífera de lo que hoy es.




Podemos ser expertos en la Biblia o en e Coràn  y citar sus pasajes con mucha fluidez, pero ésto de poco o nada nos sirve, porque conocer la enseñanza es algo muy diferente a practicarla en nuestra vida cotidiana. Conocer a Dios con nuestro intelecto es practicamente imposible por las limitaciones de nuestra mente, por éso El no nos pide que ahondemos en misterios interesantes de saber, pero que no tienen mayor repercusión en nuestro avanzar evolutivo, que es lo que realmente importa pues "La comprensión que el hombre tiene de la realidad de la experiencia del culto está principalmente determinada por el estado de desarrollo de su alma inmortal evolutiva. El crecimiento espiritual del alma, tiene lugar de manera totalmente independiente de la autoconciencia intelectual.El culto verdadero, en último análisis, se convierte en una experiencia llevada a cabo en cuatro niveles cósmicos: el intelectual, el morontial, el espiritual y el personal: la conciencia de la mente, el alma y el espíritu, y su unificación en la personalidad

Más que tratar de conocer los atributos de Dios, debemos poner nuestro énfasis en sentirlo en nuestro corazón, no como algo distante y difícil de alcanzar, sino buscarlo en nosotros mismos, porque "el hombre mortal debe, a través del reconocimiento de la verdad, de la apreciación de la belleza, y de la adoración de la bondad, debe evolucionar el reconocimiento de un Dios de amor y luego progresar a través de niveles ascendentes de deidad a la comprensión del Supremo. La Deidad, habiendo sido comprendida así como unificada en poder, puede entonces ser personalizada en el espíritu, para la comprensión y logro por parte de la criatura." y esto no se consigue ni con el intelecto, ni tampoco con la oración, sino mediante la experiencia única de sentir a Dios en nosotros, como una necesidad no de cumplir un mandato, sino como la experiencia personal de tener nuestro propio Pentecostés, nuestra propia unificación con nuestro Espíritu residente.


"La moralidad de las religiones de evolución impulsa a los hombres hacia adelante en la búsqueda de Dios, por el poder motivado por el temor. Las religiones de revelación atraen a los hombres a buscar a un Dios de amor, porque anhelan hacerse semejantes a él. Pero la religión no es solamente un sentimiento pasivo de «absoluta dependencia» y «certidumbre de supervivencia»; es una experiencia viviente y dinámica de logro de la divinidad, basada en el servicio de la humanidad. El grande e inmediato servicio de la verdadera religión es el establecimiento de una unidad perdurable en la experiencia humana, de una paz duradera y de una confianza profunda.


Jesús cuando conversaba con Ganid le explicó con mucha claridad cual era nuestra misión: "no puedes revelar a Dios a los que no lo buscan; no se puede conducir al regocijo de la salvación a las almas que no quieren ser salvadas. Es necesario que el hombre llegue a anhelar la verdad como resultado de las experiencias de la vida, o que desee conocer a Dios como resultado del contacto con la vida de los que han conocido al Padre divino, antes de que otro ser humano pueda actuar como medio para conducir a ese mortal al Padre celestial. Si conocemos a Dios, nuestra tarea verdadera en la tierra es vivir de modo tal que el Padre pueda revelarse en nuestra vida, y así todas las personas que buscan a Dios verán al Padre y pedirán nuestra ayuda para averiguar más acerca del Dios que de ese modo encuentra expresión en nuestra vida." Sin el servicio hacia la humanidad, sin la ayuda silente de nuestro ejemplo no hay evolución real.


El conocimiento sin la práctica puede transformarse en un lastre que impida nuestra verdadera espiritualidad, porque nadie busca lo que ya cree poseer y además el exceso de conocimiento puede transformarnos en orgullosos que menospreciamos y apabullamos a los que saben menos. El otro día aprendí de un amigo que "la enseñanza debe ser como una llovizna que refresca y no como un chaparrón que arrolla" tengamos cuidado con nuestros conocimientos, tengamos tino al querer entregar la enseñanza, porque ella no nos pertenece, sólo somos los mensajeros, recordemos que "el orgullo oscurece a Dios. Si quieres obtener la ayuda del cielo, aparta tu orgullo; cualquier indicio de orgullo obstruye la luz salvadora, como si fuera una gran nube. Si no tenéis rectitud adentro, es inútil que oréis por lo que ha quedado afuera. `Si oigo tus oraciones, es porque vienes ante mí con el corazón limpio, libre de falsedades y de hipocresías, con un alma que refleja la verdad como un espejo




No podemos obviar que" la religión vive y prospera, no por la vista y el sentimiento, sino más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste, no en el descubrimiento de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única, sino más bien en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los hechos ya bien conocidos por la humanidad. La experiencia religiosa más elevada, no depende de actos previos de creencia, tradición y autoridad; tampoco es la religión el vástago de sentimientos sublimes y emociones puramente místicas. Más bien es una experiencia profundamente honda y real de comunión espiritual con las influencias espirituales residentes en la mente humana, y en cuanto dicha experiencia se pueda definir en términos de psicología, es simplemente la experiencia de experimentar la realidad de creer en Dios como la realidad de tal experiencia puramente personal.


A estas alturas, los seres humanos no necesitamos, que supuestas Personalidades nos digan lo que ellos harán para corregir nuestro destino, porque "El Padre Universal no se ha retirado de la administración de los universos; él no es una Deidad inactiva. En este mismo momento, así como durante las remotas eras del pasado y en el futuro eterno, Dios sigue sustentando. El alcance divino se extiende alrededor del círculo de la eternidad. Al universo no se le da cuerda como un reloj que anda por tiempo determinado y luego cesa de funcionar; todas las cosas están siendo constantemente renovadas y mientras nosotros reconozcamos su paternidad y nos entreguemos a su amor y anhelemos hacer su Voluntad, nada tenemos que esperar, ni temer.

Porque, "el género humano en la tierra ha de resolver sus problemas de desarrollo mortal, con la descendencia humana con lo que ya cuenta, no evolucionarán más razas de las fuentes prehumanas, por todo el tiempo futuro. Pero, lo antedicho no excluye la posibilidad de lograr niveles de desarrollo humano muy superiores por medio del fomento inteligente de los potenciales evolucionarios, que siguen residiendo en las razas mortales. Lo que nosotros, los Portadores de Vida, hacemos por fomentar y conservar las especies de vida antes de la aparición de la voluntad humana, ha de hacer el hombre mismo, tras tal acontecimiento y posteriormente a nuestro retiro de la participación activa en la evolución. En modo general, el destino evolucionario del hombre está en sus propias manos, y la inteligencia científica, tarde o temprano, tiene que reemplazar el funcionamiento aleatorio de la selección natural incontrolada y la supervivencia casual.

Para mí estas son palabras vivas, que nos motivan a ser perfectos como lo es nuestro Padre, lo cual con toda sinceridad . No nos dejemos seducir por cantos de sirenas, recordemos que "el hombre es responsable de la determinación de su propio destino. El Ajustador es verdaderamente el camino al Paraíso, pero el hombre mismo debe tomar ese camino por su propia decisión, por su elección del libre albedrío.










El hombre tiene derecho a elegir su propio camino, Dios dio al hombre libre albedrío para que eligiese entre el bien o el mal. Cada cual es libre de hacer su camino, pero recordemos que este tiene una sola bifurcación, el sendero de la izquierda y el de la derecha.

El buscador sincero podrá preguntarse, porqué quiero cambiar, en que quiero convertirme, como quiero cambiar, cuándo, cómo, para qué, por qué medios.

¿Quiero ser semejante al hombre que inventó tal doctrina que se acabará cuando pase de moda y sea suplantada por otra, o quiero ser semejante a Dios que me creó a su semejanza y que me entrega su palabra, que es la misma siempre, y que me ofrece un destino espiritual eterno?.

El no creyente se preguntara ¿Para qué quiero ser mejor si Dios no existe? ¿Para ser sólo un buen ciudadano, un buen profesional, un buen padre de familia etc.? ¿Para qué quiero ser virtuoso si Dios no existe?
Dios nos ha dado libertad para que escojamos nosotros mismos y hallemos el camino que nos conduzca al significado de nuestra existencia.
Comprender que una Mente Superior existe es un proceso interno, iniciado por una inquietud excepcional, el presentimiento de un ser superior, un camino hacia si mismo, un reencuentro de la criatura consigo misma, un descubrimiento de sí. A Dios no se le conoce por la razón sino por la fe, la fe es conocimiento directo.
Debido a que tenemos libre albedrío entendemos porqué el Círculo Consciente de la Humanidad, Maestros Cósmicos, Jerarquías angelicales, llámenle como quieran a las entidades intermedias, no pueden obligar al Hombre a creer en Dios. De aquí que sea su trabajo muchas veces sea infructuoso.
las personas deberían pensar en que la Voluntad del Absoluto sólo llega a la Tierra a través de un número creciente de leyes espirituales y físicas e influencias de misericordia. Aunque nos hallamos alejado de Dios y estemos viviendo bajo 48 órdenes de leyes, y algunos en 52, cayendo la humanidad en general cada vez más en la involución, el amor de Dios se hace presente y espera a que un número grande y creciente de hombres y mujeres de buena voluntad regresemos a Él, y no quedarnos a medio camino pensando, por ejemplo, y creyendo, que el amor de Dios es tan grande que nos perdonará a todos, hagamos lo que hagamos. Hay tantas maneras de justificarnos con falsedades. Si la conciencia del hombre es insensible al reconocimiento de Dios nunca despertará sus facultades superiores que lo ligarán a Él más estrechamente. Los ojos del hombre estarán fijos en el suelo, clavados en la materia, y en ella se hará polvo.





ESPIRITUALIDAD, RELIGIÓN Y LA EXPERIENCIA DE LO DIVINO 


Para evitar confusiones, me gustaría describir lo que comprendo por el término espiritualidad y en qué sentido lo utilizare. La   palabra espiritualidad debería reservarse para situaciones que entrañan una experiencia personal de ciertas dimensiones de la realidad que les dan a la propia vida y existencia en general una cualidad numinosa.

Hasta aquí, nos hemos concentrado en los territorios internos problemáticos o negativos que uno puede atravesar durante la noche oscura del alma. Sin embargo, quienes viven una emergencia espiritual también se encuentran con la luz, y con los dominios celestiales y divinos en su interior. Como es de
esperarse, en general estos estados presentan menos dificultades que los otros. Aunque algunas personas se sienten bendecidas por tales experiencias y están dispuestas a aprender de ellas y a aplicar conscientemente las lecciones que les brindan en su vida cotidiana, estos estados místicos “positivos” no están exentos de problemas; hay quienes se debaten en ellos, y éstos pueden convertirse en parte de su crisis de transformación. Tanto las regiones de luz como las de oscuridad son aspectos norma les e importantes de la apertura
espiritual y, aunque utilicemos los términos “positivo” y “negativo”, con esto no quiero decir que unos sean más valiosos que otros. Ambas áreas son necesarias y se complementan como parte del proceso curativo. Hay quienes
son capaces de conectarse con las áreas positivas o místicas con relativa facilidad en el transcurso de su existencia. Uno mismo puede experimentarlas en actividades simples o en ambientes naturales.

 : Hay momentos de gloria que van más allá de la expectativa humana, más allá de la habilidad
física y emocional del individuo.

Algo inexplicable se apodera de uno y sopla vida en la vida conocida... Llamémoslo estado de gracia, o acto de fe... o un acto de Dios. Está ahí, y lo imposible se hace posible... El místico va más allá de sí mismo; trasciende lo natural. Toca un pedazo del cielo y se convierte en
recipiente de un poder cuya fuente es desconocida. Algunos tienen experiencias místicas durante la meditación, y otros como parte del proceso de transformación dramático y avasallador de una emergencia espiritual. Estos estados sobrevienen de manera súbita, exigen toda la atención y cambian radical y completamente la percepción de uno mismo y del mundo. Pero cualesquiera sean las formas en que lo Divino se introduce en la vida de una persona,Y la cambia de por vida.

Las emociones y sensaciones asociadas a los reinos interiores celestiales son en general totalmente opuestas a las que se encuentran en las regiones oscuras. En vez del dolor de la alienación, uno es capaz de descubrir una
sensación envolvente de unidad e interconexión con toda la creación. En vez de miedo, uno se siente infundido por el éxtasis, la paz y una profunda sensación de ser contenido por el proceso cósmico. En lugar de experimentar
la “locura” y la confusión, se hallan la claridad y la serenidad mental.

En vez de una preocupación apremiante por la muerte, uno se puede conectar con un estado que se percibe como eterno, comprendiendo que uno es, a la vez, su cuerpo y todo el resto de lo existente. Debido en parte a su naturaleza inefable e ilimitada, los dominios divinos son más difíciles de describir que las regiones
oscuras, aunque  místicos de todas las épocas han creado hermosas metáforas para aproximarnos a ellos. En ciertos estados espirituales, uno es capaz de ver al medio ambiente habitual como una creación gloriosa de la energía divina, llena de misterio; todo en su interior parece formar parte de una
red exquisitamente interconectada.


miércoles, 14 de agosto de 2013

l. “LA NOCHE OSCURA DEL ALMA”







 “La noche oscura del alma

La noche oscura del alma describe las experiencias “negativas” 
que pueden darse durante una crisis espiritual, y “El encuentro con lo Divino”
El Invitado está en tu interior, y en el mío; sabes que en el brote se esconde la semilla. Todos luchamos; nadie ha ido lejos. Abandona tu arrogancia y mira en tu interior. El cielo azul se abre más y más. Se aleja la sensación de fracaso diario, el daño que me he inflingido desaparece, un millón de soles se acerca con su luz, cuando con firmeza me siento en ese mundo. 



El hambre del alma  es  más urgente que el propio alimento
“Lo peor que puedes hacer es resistirte a lo que ocurre; eso sólo lo volverá más difícil, Lo mejor es meterse y dejarse ir

por completo en lo que surge, experimentarlo intensamente
Cuando uno esta en un proceso de limpieza, que las emociones viejas retenidas, las memorias y las experiencias que 
están causando problemas van a ser removidas. Más que una 
enfermedad, éste es un paso hacia la curación y, a pesar de ser doloroso en ese momento, con el tiempo se saldría con una nueva 
claridad, libertad y paz. 


 Científicos han llegado a una comprensión mística del universo y a 
una espiritualidad cósmica a través de su investigación. Sin embargo, es mucho más común que se dé exactamente lo opuesto: personas que en su niñez han recibido una educación religiosa muy estricta encuentran insostenible una visión espiritual del mundo cuando tienen acceso a la información que la ciencia occidental ha obtenido.
Y como todos aquellos que se desmayan por un exceso de placer y alegría, ella permanece como inconsciente en los brazos divinos y el pecho divino. Ya no le importa nada excepto abandonarse a esta alegría, alimentada por la leche divina... Esta embriaguez celestial en la que se deleita y se aterroriza a un tiempo... esta locura santa... 
SANTA TERESA DE AVILA, 
pensamientos sobre el amor de Dios




Creo que la conciencia y la psique humana son mucho más que productos accidentales de procesos fisiológicos en el cerebro: son reflejo de una inteligencia cósmica que permea toda la creación. No somos solamente máquinas biológicas y animales altamente desarrollados) sino también campos de conciencia ilimitados que 
trascienden el tiempo y el espacio. En este contexto, la espiritualidad es una dimensión importante de la existencia, y descubrir este hecho constituye algo deseable en la vida humana. Para algunos, este proceso toma la forma de experiencias inusuales que pueden ser por momentos perturbadoras y dramáticas; éstas son crisis de transformación,  “emergencia espiritual”

Mirando hacia atrás, valoro mucho lo que he atravesado, aunque en ocasiones me siento exigido hasta el límite.
 Ser estudiante de AMORC fue un acontecimiento que ha tenido consecuencias que han cambiado mi vida Emprendí una fantástica aventura intelectual, filosófica y espiritual que ya lleva más de cuatro décadas. Durante este tiempo, mi visión del mundo se ha visto socavada y destruida muchas veces por experiencias y observaciones diarias de carácter extraordinario.
Soy,somos parte  de la unidad con la humanidad, la naturaleza y el cosmos.




¿QUÉ ES EL SURGIMIENTO DE LA ESPIRITUALIDAD
Para comprender el problema de la emergencia espiritual, uno debe verlo en el contexto más amplio del surgimiento de la espiritualidad, como la complicación de un proceso de evolución que lleva a una forma de vida más madura y realizada. Las enseñanzas místicas de todos los tiempos giran alrededor de la idea de que la sola búsqueda de bienes y meras materiales no expresa en absoluto el potencial del ser humano. De acuerdo con este punto de vista, la humanidad es una parte integral de la energía creadora y la inteligencia del 
cosmos, y es, de alguna forma, idéntica y conmensurable con él. El 
descubrimiento de la propia naturaleza divina puede conducir a una forma de ser, tanto a escala individual como colectiva, incomparablemente superior a lo que se considera normal. El filósofo neoplatónico Plotino lo sintetizó de esta 
manera: “La humanidad está a mitad de camino entre los dioses y las bestias”. Muchos sistemas espirituales han descrito niveles y estados mentales más altos que conducen a la realización de la propia naturaleza divina y a la conciencia de Dios. Este espectro del ser es caracterizado por un aumento progresivo en la sutileza y el refinamiento, un menor grado de densidad, una mayor percepción abarcadora y una mayor participación en la inteligencia 

cósmica El sistema más conocido que refleja las posibilidades del desarrollo de la conciencia es la idea india de los siete chakras, o centros de energía psíquica. Los chakras están ubicados en diferentes niveles del eje central del organismo humano, en el llamado cuerpo energético o “cuerpo sutil”. El grado 
de apertura u obstrucción de los chakras de una persona determina la forma en la que vive el mundo y se relaciona con él. Los tres chakras inferiores gobiernan las fuerzas que impulsan el comportamiento humano antes del despertar espiritual —el instinto de supervivencia, la sexualidad, la agresión, la competitividad y el consumismo—. Los chakras superiores representan el potencial de experimentar y llegar a niveles del ser cada vez más imbuidos de 
la conciencia cósmica y la percepción espiritual. En términos generales, el surgimiento de la espiritualidad puede definirse como el paso de un individuo a una forma de ser más expandida, lo que entraña una mayor salud emocional o psicosomática, una mayor libertad en las elecciones personales, un sentido de profunda conexión con las otras personas, la naturaleza y el cosmos



. Una parte importante de es te desarrollo lo constituye el aumento de la percepción de la dimensión espiritual de la propia vida y el esquema universal de las cosas. 
Todos los seres humanos poseen la característica innata de ser capaces de desarrollar su espiritualidad. La capacidad de crecer espiritualmente es tan natural como la disposición de nuestros cuerpos hacia el crecimiento físico, y el renacimiento espiritual es una parte tan normal de la vida humana como el nacimiento biológico. Como el nacimiento, durante siglos el surgimiento de la 
espiritualidad ha sido considerado por muchas culturas como una parte intrínseca de la vida; y, así como el nacimiento, también ha sido patologizado en la sociedad moderna. Las experiencias que ocurren durante este proceso abarcan un amplio espectro de profundidad e intensidad, yendo desde lo muy suave hasta lo desbordante y perturbador. 

Los procesos del despertar espiritual son tan sutiles y graduales que suelen volverse casi imperceptibles. Luego de un período de meses o años, una persona mira hacia atrás y se da cuenta de que su comprensión del mundo, sus valores, sus parámetros éticos y estrategias de vida han cambiado profundamente. Tal vez el cambio comience con la lectura de un libro que transmita un mensaje tan claro y convincente que sea imposible de ignorar. Se deseará saber y conocer más; luego, por coincidencia, su autor dará     una conferencia en esa ciudad. Así, se conocerán otras personas que comparten ese entusiasmo, se descubrirán otros libros y se concurrirá a más conferencias y talleres. ¡Ha comenzado el viaje espiritual! En otras ocasiones, la percepción de lo espiritual se introduce en la vida como una percepción más profunda, 
distinta de las situaciones de la vida cotidiana. Tal vez, alguien entre en la catedral de Santiago de Compostela con un tour y,súbitamente, se sienta desbordado por el pórtico de la gloria o
por  el botafumeiro, por el juego de la luz en su interior, por la 
grandeza de su interior. El recuerdo de ese gozo y la sensación de 
estar conectado con algo más grande que uno mismo permanece. 
Transformaciones similares de la percepción han ocurrido durante un paseo por el campo a través de la majestuosa belleza de la naturaleza, o en cualquier otro ambiente natural impresionante. Para muchos, la puerta a los dominios trascendentales se ha abierto a través del arte. Ninguna de estas personas podrá volver a considerarse a sí mismo como un ser aislado. Han tenido experiencias vívidas y convincentes que los transportaron más allá 
de las restricciones de su cuerpo físico y de un concepto limitado de si mismos hacia una conexión con algo externo a ellos. No obstante, cuando el surgimiento de la espiritualidad es muy rápido y dramático, este proceso natural puede devenir en una crisis y transformarse en una emergencia espiritual. 
La gente en tales crisis se ve bombardeada por experiencias internas que desafían sus viejas creencias y formas de vida, y su relación con la realidad puede cambiar con mucha rapidez
De golpe se sienten incómodos en un mundo antes conocido y es probable que hasta les resulte difícil enfrentar las exigencias de la vida cotidiana. Tal vez tengan graves problemas para distinguir su mundo interior de visiones del mundo exterior de la realidad 
cotidiana, así como es también factible que experimenten potentes energías que les recorren el cuerpo y les causan temblores incontrolables. Llenos de miedo y resistencia, lo más probable es que gasten mucho tiempo y emergía en tratar de controlar lo que sienten como un acontecimiento interno arrollador. Quizás se sientan impulsados a hablar de sus experiencias y percepciones con 
cualquiera, y parezcan estar desconectados de la realidad, partidos o con delirios mesiánicos. Sin embargo, cuando se les ofrece comprensión y guía, en general cooperan y están agradecidos por tener a alguien con quien compartir su travesía.
Debería destacarse que el surgimiento de la espiritualidad y la 
emergencia espiritual representan un continuum no siempre fácil de diferenciar. 
A lo largo de este recuento, utilizare el término emergencia espiritual por considerarlo conveniente y para simplificar, aunque en ocasiones hablare de situaciones que, para ciertas personas y en condiciones específicas, responden mejor ‘a la categoría del surgimiento de la espiritualidad




Aun los más dramáticos y difíciles episodios de una emergencia espiritual son etapas naturales en el proceso de la apertura espiritual; pueden ser benéficos si las circunstancias son favorables. La activación de la psique que caracteriza a tales crisis entraña una limpieza total de viejos re cuerdos y fijaciones traumáticas. Este proceso es, por su misma naturaleza,potencialmente curativo y transformador. Sin embargo, tanto es el material psicológico que sale a la superficie desde los distintos niveles del inconsciente que interfiere con el funcionamiento cotidiano de la persona que lo experimenta. Por lo tanto, no es la naturaleza ni el contenido de estas experiencias sino su contexto lo que las hace parecer patológicas. Estados similares no sólo serían aceptables sino 
también deseables en psicoterapia experiencial con un@ guía experta, pero su larga duración a diferencia de las sesiones terapéuticas, estas experiencias pueden durar días o hasta semanas requiere que se tomen medidas especiales. Teniendo presentes estas consideraciones,  el término “emergencia espiritual”. Implica un juego de palabras: la palabra emergencia, sugiere una súbita crisis, proviene del latín emergere (surgir, elevarse, aparecer). Esta palabra indica así una situación precaria, pero también la 
posibilidad de elevarse a un estado más alto del ser.

El pictograma chino para crisis representa perfectamente esta idea: está compuesto de dos signos primarios, uno de los cuales significa “peligro”, mientras que el Otro significa “oportunidad”. 
Reconocer la naturaleza dual de la emergencia espiritual  peligro y 
oportunidad tiene importantes consecuencias teóricas y prácticas. Si se las comprende correctamente y se las trata como un estadio difícil en un proceso natural de desarrollo, las emergencias espirituales pueden conducir a una curación a nivel emocional y psicosomático, a cambios profundos y positivos de la personalidad y a la solución de muchos de los problemas de la vida


Surgimiento de la Espiritualidad 
Las experiencias internas son fluidas, suaves, 
fáciles de integrar. Introducción gradual de ideas 
y percepciones en la vida. 
Experiencias con energías contenibles, de fácil manejo. 
Se distinguen las experiencias internas de las 
externas, así como la transición de unas a otras. 
Facilidad para incorporar estados alterados 
de conciencia a la vida cotidiana. 
Un cambio lento y gradual en la percepción 
del propio ser y del mundo. 
Entusiasmo por las experiencias internas a 
medida que surgen, deseo y capacidad de 
cooperar con ellas. 
Aceptación del cambio. 
Facilidad para abandonar el control. 
Confianza en el proceso. 
Las experiencias difíciles se ven como 
oportunidades de cambio. 
Las experiencias positivas se viven como dones. 
Rara vez se necesita hablar de las experiencias. 
Se discrimina al hablar sobre el proceso 
(cuándo, cómo, con quien )

Emergencia Espiritual 
Las experiencias internas son dinámicas, 
desgarradoras y difíciles de integrar 
filosóficamente. 
Las nuevas percepciones resultan 
desafiantes y amenazantes filosóficamente. 
Temblores, sacudidas, energías que dificultan la vida cotidiana. 
Es difícil distinguir lo externo de lo interno, o se superponen. 
Las experiencias irrumpen y perturban la vida cotidiana. 
Un cambio abrupto en la percepción del propio ser y del mundo. 
Ambivalencia hacia las experiencias, pero deseo y capacidad de cooperar con la ayuda de un guía. 
Resistencia al cambio. 
Necesidad de controlarlo todo. 
Disgusto o desconfianza en el proceso 
Las experiencias difíciles son abrumadoras y se las rechaza. 
Las experiencias positivas no se aceptan, se 
viven como dolorosas e inmerecidas. 
Necesidad intensa de hablar de las experiencias. 
Se habla indiscriminadamente del proceso. 

martes, 13 de agosto de 2013

CÓMO COMPRENDER Y SOBRELLEVAR UNA EMERGENCIA ESPIRITUAL











Las emergencias espirituales pueden darse como estados alterados de conciencia acompañados de emociones intensas, pensamientos extraños, visiones y otros cambios sensoriales, así como también en la forma de diversas manifestaciones físicas. Estos episodios a menudo se relacionan con temas espirituales, incluyendo secuencias de muerte y renacimiento psicológico, experiencias de vidas pasadas, sensaciones de unidad con el universo, encuentros con seres mitológicos y motivos similares. Tales aperturas espirituales llenas de dramatismo entrañan la limpieza definitiva de viejos recuerdos traumáticos y fijaciones de diverso origen. Tanto es el material psicológico que sale a la superficie, que colisiona con las actividades diarias de la persona. Sin embargo, este proceso es, por su misma naturaleza, potencialmente transformador. Los conflictos internos asociados a una emergencia espiritual no siempre son síntomas de una enfermedad, sino que pueden ser la manifestación de un movimiento interior que es curativo e impulsa a la evolución. Si se comprende y trata a las emergencias espirituales como etapas difíciles de un proceso natural de desarrollo, éstas pueden resultar curativas tanto emocional como psicosomáticamente, producir cambios en la personalidad y convertirse en la solución para muchos problemas de la vida.








Las personas que trabajan en el campo de la salud mental y las 
profesiones de asistencia lo encontrarán fascinante y de gran valor.” John Perry, médico y autor de Far side of madness. “Un fascinante trabajo sobre los procesos de transformación. Una lectura esencial para quienes están interesados en el cambio creativo a nivel personal y social.” Frances Vaughan, psicólogo, coeditor de Beyond Ego y Gift of Peace 





LA TORMENTOSA BÚSQUEDA DEL SER 




Gran cantidad de gente está atravesando profundas transformaciones personales relacionadas con la apertura espiritual. En circunstancias favorables, este proceso resulta en una curación a nivel emocional, un cambio radical en la escala de valores, y una profunda percepción de la dimensión mística de la existencia. Aunque para algunos estos cambios son graduales y relativamente suaves, para otros pueden ser tan dramáticos y veloces que interfieran con su efectivo funcionamiento diario. Por desgracia, muchos profesionales de la salud 
con una visión tradicional no reconocen el potencial positivo de estas crisis: las ven como manifestaciones de una en f mental y las tratan con medicación supresiva. En En busca del ser, Christina y Stanislav Grof vuelcan sus años de experiencia personal y profesional sobre estos estados de transformación, para explorar el surgimiento de la espiritualidad con todas sus complicaciones y vicisitudes, para las cuales han acuñado el término emergencia espiritual


El desarrollo espiritual es una capacidad de evolución innata en todo ser 
humano. Es un movimiento hacia la unidad; el descubrimiento de nuestro 
verdadero potencial. Tan común y natural corno el nacimiento, el crecimiento 
físico y la muerte, es una parte integral de nuestra existencia. Durante siglos, 
culturas enteras han tratado a las transformaciones internas como un aspecto 
necesario y deseable de la vida. Muchas sociedades desarrollaron rituales 
sofisticados y prácticas de meditación como maneras de invitar y estimular el 
crecimiento espiritual. La humanidad ha atesorado las emociones, visiones y 
percepciones relacionadas con el proceso del despertar en pinturas, poesías, 
novelas y música, y en descripciones que brindaron místicos y profetas. 
Algunas de las contribuciones del arte y la arquitectura más hermosas y 
valoradas celebran estos dominios místicos. Para algunas personas, sin 
embargo, el viaje de transformación en su desarrollo espiritual se convierte en 
una “emergencia espiritual”, en una crisis en la que los cambios internos son 
tan veloces y los estados interiores tan exigentes que, por un tiempo, a esta 
gente le es difícil manejarse bien en la realidad cotidiana. En nuestro tiempo, 
estos individuos rara vez son tratados como si estuvieran al borde del 
crecimiento interno: casi siempre son vistos a través de la lente de la 
enfermedad y tratados con tecnologías que oscurecen los beneficios 
potenciales que esas experiencias son capaces de ofrecer. En un ambiente 
que brinde el apoyo necesario, y con una adecuada comprensión, estos 
difíciles estados de la mente pueden ser extremada mente benéficos, ya que 
suelen producir una curación a nivel físico y emocional, introspecciones 
profundas, actividades creativas y cambios positivos y permanentes de la 
personalidad.






Cuando acuñamos el término emergencia espiritual, buscábamos 
enfatizar tanto el peligro como la oportunidad inherentes a tales estados. La 
frase es un juego de palabras que se refiere tanto a la crisis o “emergencia” 
que puede acompañar a la transformación, cuanto a la idea de “surgimiento” 
que sugiere la enorme oportunidad que estas experiencias ofrecen para el 
crecimiento personal y el desarrollo de nuevos niveles de percepción. En busca 
del ser es para aquellos a quienes una emergencia espiritual les cambió la 
vida. Es para quienes están experimentando una crisis de este tipo o la han 
experimentado, para sus familiares y amigos, y para aquellos terapeutas, 
religiosos, psicólogos y psiquiatras que se vean envueltos en este proceso, 
extraordinario pero, a la par, completamente natural. También es una guía para 

quienes están embarcados en una transformación personal. Aunque estas 
páginas centran su atención en los aspectos difíciles de las crisis espirituales, 
las lecciones que contienen también se aplican a aquellos para los que el 
surgimiento de la espiritualidad, aun que relativamente suave, es de todas 
maneras desconcertante y por momentos incómodo. Quienes han tenido este 
tipo de experiencia pueden beneficiarse con las sugerencias que aquí se dan 
con respecto a cómo cooperar y beneficiarse con este importante proceso. A 
través de la historia, las personas con intensas crisis espirituales fue ron 
consideradas benditas: se creía que estaban en comunicación directa con las 
regiones sagradas y los seres divinos. Sus sociedades las apoyaron durante 
estos períodos cruciales, ofreciéndoles refugio y suspendiendo sus exigencias 
habituales. Miembros respetados de sus comunidades habían atravesado sus 
propias emergencias espirituales; podían reconocer y comprender procesos 
similares en otros y, por lo tanto, eran capaces de honrar la expresión del 
impulso místico y creativo. Las experiencias, a menudo dramáticas y vistosas, 
se nutrían en la confianza de que esos in dividuos eventualmente retornarían a 
la comunidad con una mayor sabiduría y un aumento en su capacidad para 
manejarse en el mundo, tanto para su propio beneficio como para el de la 
sociedad. Con el advenimiento de la ciencia moderna y la era industrial, esta 
actitud tolerante y hasta estimulante cambió drásticamente. La noción de una 
realidad aceptada se comprimió para incluir sólo aquellos aspectos de la 
existencia que son materiales, tangibles y mensurables. La espiritualidad, en 
cualquiera de sus formas, fue exiliada de la visión del mundo de la ciencia 
moderna. Las culturas occidentales adoptaron una interpretación restringida y 
rígida de lo que es “normal” en la experiencia y la conducta humanas y rara vez 

aceptaron a quienes quisieron ir más allá de esos límites. La psiquiatría 
encontró explicaciones biológicas para ciertos desórdenes mentales: 
infecciones, tumores, desequilibrios químicos y otras afecciones del cerebro o 
del cuerpo. También descubrió formas poderosas de controlar los síntomas de 
varias afecciones cuya causa permanece desconocida, incluyendo las 
manifestaciones de la crisis espiritual. Como resultado de estos éxitos, la 
psiquiatría se estableció firmemente como disciplina médica, y el término 
enfermedad mental se extendió hasta incluir muchos estados que, para ser 
exactos, eran condiciones naturales que no podían deberse a causas 
biológicas. El proceso de la emergencia espiritual, junto con sus 
manifestaciones más dramáticas, devino en ser considerado en general como 
una enfermedad, y quienes mostraban signos de lo que antes era visto como 
una transformación y un crecimiento interior fueron considerados enfermos en 
la mayoría de los casos. En consecuencia, mucha gente con síntomas 
emocionales o psicosomáticos es automáticamente clasificada como víctima de 
un problema de salud, y sus dificultades son consideradas enfermedades de 
origen desconocido, a pesar de que exámenes clínicos y de laboratorio no 
ofrezcan evidencia que apoye esta conclusión. La mayoría de los estados 
alterados de conciencia son vistos como patológicos y tratados con métodos 
psiquiátricos tradicionales, como la medicación supresiva y la hospitalización.
raíz de este estado de cosas, mucha gente que está atravesando un proceso 
curativo natural de emergencia espiritual es puesta automáticamente en la 
misma categoría que aquellos con una verdadera enferme dad mental, en 
especial si sus experiencias causan una crisis en su vida y crean dificultades a 
sus familiares. Esta interpretación se ve impulsada aún más por el hecho de 
que, en gran parte, nuestra cultura no reconoce la importancia y el valor de lo 
místico en el interior del ser humano. Los elementos espirituales inherentes a 
una transformación personal parecen extraños y amenazadores para los que 
no están familiarizados con ellos. En estas dos décadas pasadas, sin embargo, 
la situación ha ido cambiando con rapidez. La espiritualidad se ha reintroducido 
en la cultura a través de un renovado interés en los sistemas de lo sagrado, 
como los que es posible encontrar en las religiones orientales, los textos 
místicos occidentales y las tradiciones aborígenes americanas. Un gran 
número de gente experimenta con la meditación y otras prácticas espirituales; 
otros realizan una autoexploración a través de distintas terapias. Con estos 
métodos se están descubriendo nuevas dimensiones y posibilidades internas. 
Al mismo tiempo, los desarrollos revolucionarios en muchas disciplinas están 
cerrando con rapidez el abismo entre la ciencia y la espiritualidad, y los 
médicos modernos e investigadores en otros campos están adentrándose en 
una visión del mundo similar a la descrita por los místicos. Junto con un 
renovado interés por lo místico, notarnos otro fenómeno: cada vez más y más 
gente tiene experiencias espirituales y paranormales y está dispuesta a hablar 
más abiertamente sobre ellas.